Matador de novillos, nacido el 10 de mayo de 1905 en Portillo de Toledo.
Alentado por los triunfos de su hermano Mariano, se dedicó desde muy joven a torear.
En cierta ocasión se celebrava en el pueblo de Gerindote una novillada; los encargados de estoquear los bichos se asustaron ante el tamaño de ellos, y entonces Pedro, con una temeridad que fue característica esencial de su vida taurina, bajó al ruedo y despachó la corrida.
Por entonces tomó parte en muchas novilladas pueblerinas; los buenos éxitos que en ellas obtuviera llegaron a Madrid, contratándosele para el 19 de marzo de 1926.
Montes estubo este día valiente y escuchó palmas en abundancia.
Esta temporada de 1926 fue triunfal pra el torero toledano, actuando en 17 novilladas.
La siguiente, aunque siempre valiente hasta la temeridad, desmereció un poco.
Trabajó en Madrid el 13 de marzo, Barcelona, Santander, hasta cerca de 20 corridas.
En 1928 bajo el número de novilladas en que tomó parte. "Si al valor uniera un poco de arte ya estaría colocado", decían los cronistas de él.
En el año 1929 fue el mejor de su carrera, se mostró valiente y con grandes deseos de complacer, toreando 36 corridas, cifra no rebasada por ningún novillero aquella temporada.
Al año siguiente, el de su muerte, participó en 12 corridas hasta la fecha de su cogida en Escalona (Toledo).
Un toro de D. Ricardo Sáez le infirió una gravísima cornada al rematar un quite.
La herida, mortal de necesidad, tenía más de veinte centímetros de profundidad.
Falleció a los pocos minutos de ingresar en la enfermería.
Pedro Montes, igual que su hermano, muerto trágicamente en la plaza de Carabanchel, tenía que sucumbir en el ruedo.
Valentía hasta no poder más, era este su mejor recurso para hacerse aplaudir.